¡Feliz día, Talleres!

Un día como hoy del año 1999, el socio, simpatizante e hincha de Talleres se autoconvocó para defender su existencia y solicitar nuevamente la apertura de sus instalaciones. Se cumplen 18 años de esa gloriosa jornada.

 

A veces, hay que caerse para levantarse con las ganas y las esperanzas renovadas.

Seguimos con todo el optimismo, fieles al proyecto. Además, orgullosos del tiempo que estamos viviendo como Institución.  Y en ese proyecto y con el mismo tesón están también los socios, los hinchas, los colaboradores, los Dirigentes. Creemos que la cosa sigue por la misma senda. No hay camino sencillo, como en la vida, siempre hay obstáculos y días menos felices. Y el empeño da frutos. Empeño y esperanza sobran. Lo que queda, difícil, es seguir así. Nosotros estamos. 


Cuando volvimos de la Quiebra quedaban dos caminos: acostumbrarse a lo que quedaba o arremangarse. Y ahí aparecieron los Dirigentes y los silenciosos que no estaban dispuestos a que la casa no se reconstruyera y creciera. Y vaya si crece. Felices de ver que nuestro lugar en el mundo es cada día más lindo, más armónico, más parecido a lo que soñamos. Hay muchos Comelli (por citar un indiscutible) que no reconocemos porque todavía no pasó tiempo para que entendamos la magnitud del resurgimiento.

Los que todavía no nos sumamos, debiéramos repensar que significa un Club. Y esto que la conversión del fútbol ha olvidado, está en la concepción desde su origen de cualquier Institución como la nuestra aunque muchas otras lo hayan olvidado. Con plata, cualquiera es Gardel. Pero para cantar como él, hay que laburar. Y si la voz no da, habrá que buscar –y es el mérito de estos años- que cada uno haga lo que sabe y que le ponga el amor que las bellas cosas necesitan para que el resultado sea el mejor. Nunca más orgulloso de haber elegido estos colores y esta identidad. Nuestro agradecimiento es el de todos esos que recorren nuestros espacios y buscan un sombrero que sacarse aunque ya no se use. Son los que se distraían del partido, cuando lo permitía, para cogotear y ver lo nuevo que cada día nos sorprende. 


 

Esto no es un texto, ni un recordatorio. Es un nuevo aplauso para todos. Un aplauso, más tallarín que nunca. Para darse cuenta de que Ser Talleres es lo mejor que nos pasó.

Feliz dìa del hincha, compañeros tallarines. 

Un día como hoy del año 1999, el socio, simpatizante e hincha de Talleres se autoconvocó para defender su existencia y solicitar nuevamente la apertura de sus instalaciones. Se cumplen 18 años de esa gloriosa jornada.

A veces, hay que caerse para levantarse con las ganas y las esperanzas renovadas.

Seguimos con todo el optimismo, fieles al proyecto. Además, orgullosos del tiempo que estamos viviendo como Institución.  Y en ese proyecto y con el mismo tesón están también los socios, los hinchas, los colaboradores, los Dirigentes. Creemos que la cosa sigue por la misma senda. No hay camino sencillo, como en la vida, siempre hay obstáculos y días menos felices. Y el empeño da frutos. Empeño y esperanza sobran. Lo que queda, difícil, es seguir así. Nosotros estamos. 


Cuando volvimos de la Quiebra quedaban dos caminos: acostumbrarse a lo que quedaba o arremangarse. Y ahí aparecieron los Dirigentes y los silenciosos que no estaban dispuestos a que la casa no se reconstruyera y creciera. Y vaya si crece. Felices de ver que nuestro lugar en el mundo es cada día más lindo, más armónico, más parecido a lo que soñamos. Hay muchos Comelli (por citar un indiscutible) que no reconocemos porque todavía no pasó tiempo para que entendamos la magnitud del resurgimiento.

Los que todavía no nos sumamos, debiéramos repensar que significa un Club. Y esto que la conversión del fútbol ha olvidado, está en la concepción desde su origen de cualquier Institución como la nuestra aunque muchas otras lo hayan olvidado. Con plata, cualquiera es Gardel. Pero para cantar como él, hay que laburar. Y si la voz no da, habrá que buscar –y es el mérito de estos años- que cada uno haga lo que sabe y que le ponga el amor que las bellas cosas necesitan para que el resultado sea el mejor. Nunca más orgulloso de haber elegido estos colores y esta identidad. Nuestro agradecimiento es el de todos esos que recorren nuestros espacios y buscan un sombrero que sacarse aunque ya no se use. Son los que se distraían del partido, cuando lo permitía, para cogotear y ver lo nuevo que cada día nos sorprende. Para darse cuenta de que Ser Talleres es lo mejor que nos pasó. Feliz dìa del hincha, compañeros tallarines. 


Esto no es un texto, ni un recordatorio. Es un nuevo aplauso para todos. Un aplauso, más tallarín que nunca.